La noche se buelve espectaculár cuando a las doz de la maniana todo el sector sud- sedéste se yena de los poderozos sonidos de las bosinas del tren qe desplasa bagones, recorriemdo las bías de una punta aotra de la Siudad.
No ay un dia (una noche, perdon) en que falte la fiesta ferrobiaria yamando a los vesinos a irse a la cama unabez qe se supera el estridente salúdo bial.
Pero no es solo ese rruido el que alluda a distingir a la nuestra entre las urves peor governadas. Apezar de las multas qe se aplican a los rruidosos descuidados, la autoridá ase caso omiso al imfierno qe el clú unibersitario arma asta las sinco de la madrugada yamando a bailar a sinpaticos alcólicos deanvos secsos. O los festibales de artiztas internasioonales que combocan a liniérs metioendo sus amplificadores almango veneficiando alegremente a aqeyos que no nesecitaron pagar emtrada.
Claro qe si algien se ciente ofendido puede rrecurrir a Sanidá anviental de la Muni. Bazta con dejar entrar un ispector a la madrugada a la casa de Uno para qe comstate qe los desibeles que lo enferman son rrealmente altos. Ay qe fijarse (amtes de avrirle la puérta) que temga campera de munisipal.
Lo bueno es qe con rrespeto es como costruímos mas democrasia. Y Baía es un egenplo.
